Debido a la abundancia de cuerpos de agua existentes en el oriente del departamento de Antioquia, Colombia, desde los años 60 del siglo pasado, esta zona del país fue epicentro de múltiples iniciativas de megaproyectos relacionados con la explotación de los ríos. Específicamente, para la construcción de hidroeléctricas que derivaron en un desplazamiento de la población así como un cambio de vocación agrícola a turística. Sumado a ello, el proceso acelerado de industrialización como consecuencia de su cercanía a Medellín, la ciudad capital, y la construcción de la autopista Medellín-Bogotá, han gestado todo un escenario de despojo para poblaciones rurales históricamente excluidas del poder político, pero profundamente cooptadas por los partidos políticos hegemónicos y por la presencia de grupos armados ilegales como guerrillas y paramilitares que han dejado a su paso miles de personas víctimas.
Es posible reconocer tres momentos importantes dentro de la historia del oriente antioqueño, que se presentan de manera cronológica de la siguiente manera:
• La llegada de los megaproyectos, el Oriente es visto como región y primeras expresiones de conflictividad.
• Confluencia de guerrillas y paramilitares.
• La narcotización del conflicto en el Oriente antioqueño, nuevos actores y nuevas guerras.
Sin embargo, no solo las prácticas relacionadas con el despojo, el extractivismo y el conflicto armado han sido los referentes en el oriente. Esta zona del departamento también se ha caracterizado históricamente por la diversidad de expresiones de resistencia enarboladas por su población. En este sentido, las acciones llevadas a cabo desde la sociedad civil han estado en el centro de las disputas por el territorio; sus luchas por lograr el reconocimiento de las acciones y responsabilidades de los grupos armados, por rescatar los valores culturales de las poblaciones y su oposición a la implementación de algunos megaproyectos han jugado un papel importante en la historia del Oriente
Partiendo de ello, ésta propuesta de ponencia pretende analizar la intersección entre agua y paz, partiendo de la premisa de que las actuales manifestaciones de defensa del agua como bien común en el oriente antioqueño, son una forma en la que la población se suma a un proceso de construcción de paz popular y desde abajo, que si bien, se enmarca dentro de un momento nacional de posacuerdo, sigue otros caminos diferentes a los propuestos por la vía institucional. Todo ello partiendo de la importancia en términos culturales y socioambientales del río como actor clave dentro de este proceso de resistencias populares, pero también como elemento natural afectado por las dinámicas del conflicto armado y que ha determinado de múltiples formas el devenir social de esta parte del país.