En la presente ponencia se abordan las características organizativas del Ayllu, a partir del proyecto político que subyace en su “persistencia” como forma organizativa de las comunidades andinas.
El propósito general de este trabajo es contribuir al análisis de los horizontes posibles de los procesos de constitución de autonomías indígenas y las demandas de autodeterminación a partir de la comprensión de las transformaciones políticas de las comunidades originarias de la región andina de Bolivia partir de las reformas estatales implementadas a partir de la década de 1990, desde una perspectiva que atiende a la manera cómo la comunidad, en nuestro caso el ayllu Kirkyawi, la organización sindical, el municipio de Bolívar y la Provincia Bolívar se han reconfigurado política y organizativamente a partir del nuevo marco legal, institucional y político instaurado.
El ayllu como comunidad es un tipo de organización social que comprende unidades identitarias menores en relación de correspondencia. Al mismo tiempo, es capaz de crear distintos juegos organizativos que se complementan entre sí. De este modo, los principios de correspondencia y complementariedad se ponen en juego en la organización social del ayllu. Las distintas formas organizativas van creando un complejo de subsistemas que, antes que excluirse, se complementan. Bajo esta lógica es que se nos hace comprensible cómo el mismo grupo social pone en juego distintas identidades en la interacción social. Esta ampliación de los horizontes políticos permite el acceso a un máximo de “recursos” organizativos, el acceso a instancias diversas de participación en ámbitos supracomunitarios y estatales. La virtud del ayllu reside en que ha sido y es capaz de crear las condiciones para la emergencia de otros sujetos colectivos que interactúan en el marco de la identidad comunitaria y bajo la lógica andina de la “complementariedad del control vertical”.
El ayllu se asienta en la cosmovisión, en la matriz agraria de la comunidad india, y por tanto no se trata sólo de un sistema de cargos paralelo en disputa con el sindicato por los espacios de poder. Su valor residirá en que es el fundamento de la comunidad como tal, del sentido de pertenencia. La relación ayllu sindicato no es simplemente una disputa por la legitimidad de una u otra organización, ni siquiera de grupos de poder. Si prevalece la forma sindicato, la “comunidad” puede replegarse nuevamente hacia su “fuero interno” y entrar nuevamente en lo que Platt llamó el “pacto” ayllu Estado. Si se fortalece la “comunidad”, puede pensársela como un interlocutor válido ante el Estado que demanda autonomía y ser sujeto de derecho y no sólo un ente tolerado a través del pacto. Se trata pues de dos proyectos políticos en disputa.
He aquí la potencia integradora del ayllu como forma organizativa fundante de la comunidad política. Tal vez esta potencia explica la razón de la persistencia del ayllu ante el asedio permanente del que ha sido objeto durante siglos.