Esta ponencia se origina a raíz de una reflexión conjunta basada en dos experiencias de trabajo arqueológico llevadas a cabo en territorios diferentes de Argentina. Una de ellas ubicada en la microrregión del río Salado, en el interior de Buenos Aires, y la otra tiene lugar en la Cuenca de Salinas Grandes, en la Provincia de Salta. En ambos casos, nuestra intervención en el territorio se lleva a cabo de manera sistemática y sostenida en el tiempo, abarcando actividades de investigación y extensión arqueológica que incluyen un enfoque antropológico. Esto involucra la realización de entrevistas con artesanos, aficionados, pobladores rurales e indígenas, así como con gestores de museos. Además, se lleva a cabo la observación de diversas prácticas relacionadas con el conocimiento y los materiales arqueológicos. En la microrregión se viene registrando la circulación y uso de objetos arqueológicos asociados al poblamiento indigena prehispánico en el marco de múltiples prácticas que incluyen su apropiación privada y el desarrollo de procesos creativos. Así, ceramistas, pobladores rurales y aficionados generan narrativas respecto del pasado y presente indigena que cuestionan las representaciones estereotipadas y alterizantes en torno a lo “indigena” en la provincia de Buenos Aires. En algunos casos, se ha registrado el desarrollo de procesos de identificación territorial o étnica. Por su parte, en Salinas Grandes la población se organiza a modo de comunidades indígenas de filiación Atacama, con reconocimiento del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), abarcando diferentes pueblos y parajes. Diferentes instancias de trabajo en el territorio permitieron reconocer una serie de prácticas en las que se utilizan versiones actuales de los objetos antiguos (hilado con huso y tortero, molienda con instrumentos de piedra). En estas experiencias, los objetos arqueológicos se integran en un relato donde la memoria de un pasado antiguo se une con historias de familiares y prácticas vigentes en la actualidad. Así, tiene lugar una narrativa que afirma la continuidad entre pasado y presente indígena. La misma difiere de otras narrativas vigentes, en las que los saberes vinculados con comunidades indígenas son relegados al pasado únicamente. El abordaje conjunto de estas experiencias nos permite identificar puntos de contraste y aspectos en común, generando una mirada compleja sobre los desafíos que enfrentamos en el territorio. Focalizamos en las dinámicas vinculares que se dan entre actores locales, materialidad y arqueología. A partir de ello nos preguntamos sobre las relaciones pasado-presente que se manifiestan a través de las prácticas registradas y su asociación con procesos subjetivantes (instancias de participación social, procesos de memoria, de identificación social y territorial).