La presente propuesta retoma algunas reflexiones suscitadas en torno a políticas, género y desigualdad en el marco de mi investigación doctoral que buscó documentar procesos de regulación sobre la escolarización de las niñeces de sectores subalternos desde una perspectiva histórico-etnográfica. A partir del quehacer cotidiano de un Programa socioeducativo en la zona sur de Ciudad de Buenos Aires se reconstruyeron prácticas de inclusión escolar desde una particular figura: el promotor de educación que, desde sus orígenes, fue encarnada por mujeres-madres y vecinas de los barrios donde el Programa intervenía ante casos de “ausentismo” y “deserción” escolar.
En esta ocasión, me interesa problematizar las formas en que estas promotoras se convierten en activas productoras de un entramado de regulación sobre modos de vida familiares y entendiendo que toda productividad estatal contiene –explícita o implícitamente– valoraciones de género. En la experiencia documentada, la apelación a la responsabilidad de las mujeres-madres era el punto de apoyo privilegiado de las intervenciones y desde el cual se colaboraba con la estatalidad local poniendo en juego sentidos que tendían a significar el estar en la escuela de manera indivisible a la obligación materna. Así, el proceder de las promotoras actualizaba históricos procesos de maternalización del cuidado que ubicaban en el “cumplimiento maternal” una condición necesaria para la inclusión escolar en contextos de desigualdad.