La ponencia presenta reflexiones sobre las memorias e imaginarios sociales urbanos en torno al proceso de transformación de Nueva Córdoba. La atención se focaliza en las memorias e imaginarios de residentes que vivieron “toda su vida” en el barrio o hace más de veinte años. A diferencia de los estudiantes provenientes de otras provincias o del interior que definen a Nueva Córdoba como un espacio transitorio; éstos residentes a través de sus rememoraciones, construyen el proceso de transformación urbana, evocando cómo era en el pasado y cómo se fue constituyendo como un “barrio de estudiantes”. Las reflexiones forman parte del proyecto doctoral: “Habitar la ciudad: prácticas de uso y apropiación de la ciudad de sectores medios residentes en el Gran Córdoba”. El trabajo de campo está atravesado por mí experiencia de residir allí, desde el año 2021. El registro empírico se conforma de entrevistas a residentes y observaciones participantes en paseos turísticos por Nueva Córdoba.
Nueva Córdoba fue un proyecto de urbanización de las “barrancas del sur” de la ciudad que comenzó desde 1885 mediante la sanción de una serie de leyes y decretos por parte del Estado provincial. El diseño urbanístico fue ideado por Miguel Crisol, quien se inspiró en Paris. Estaba conformado por grandes casonas y chalets como residencia de familias perteneciente a la clase alta cordobesa (Boixadós, 2000). En 1945, se construye, próximo al barrio, la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba. Desde 1980s, se observa una expansión de la actividad inmobiliaria, particularmente una expansión vertical y aumento en la densidad poblacional, en determinados barrios centrales de la ciudad. Los datos analizados por Buffalo (2009) indican una alta densidad de construcciones verticales nuevas en Nueva Córdoba, a partir de la refuncionalización o demolición de edificaciones antiguas de valor patrimonial. La autora destaca que el movimiento poblacional temporario de estudiantes provenientes, en su mayoría del interior del país y la provincia, es de gran importancia para la ciudad ya que los inversores inmobiliarios han desarrollado proyectos particulares para satisfacer sus demandas. Por otra parte, Lemma (2019), retomando a Marengo (2013, 2015), plantea que para el año 2008, el aumento de la población se localizó principalmente en Nueva Córdoba, donde se produjo un reemplazo del tejido residencial caracterizado por inmuebles de uno o dos pisos, por edificios de 21 o 36 metros; dando lugar, según el autor, a un “proceso de renovación urbana”. Actualmente, gran parte de las manzanas que integran Nueva Córdoba están consolidadas por edificios en altura con altos niveles de ocupación y es conocida como un barrio de jóvenes y estudiantes, donde también abundan bares, pubs, boliches, gimnasios y negocios de ropas.