La presente ponencia expone la presencia de estilos músico-danzarios afro urbanos como el coupé-décalé, ndombolo, afro house, azonto, entre otros, en academias de baile en Bogotá y Guadalajara. Estos estilos han atraído a jóvenes danzantes de diversas identidades étnico-raciales y su mediatización no está desconectada del afroboom, un proceso de masificación y estandarización de referentes culturales “afro” vinculados a la oferta cultural de la industria del entretenimiento y la identidad. A través de entrevistas con el profesorado de espacios de formación en ambas ciudades, así como observación participante durante 2021 y 2022, busqué identificar la manera en que circulan estas danzas y la forma en que sus practicantes legitiman lo que consideran “afro”. Se identifica la existencia de afroitinerancias (Carpio, 2014) entre estilos de danzas comprendidas como “afro” donde los profesores danzantes cumplen un importante papel en la configuración de redes y nodos de circulación cultural. La relación entre Ciudad de México y Guadalajara, y la influencia del ballet africano guineano, danzantes de otros países africanos y del street dance norteamericano son fundamentales. Aunque en la búsqueda de esos procesos de autenticidad de “lo afro” se recrean representaciones étnico-raciales estereotipadas resultado de las huellas coloniales, se logra identificar puntos en común que buscan desnaturalizar cualidades asignadas a las corporalidades negras, aunque ello no siempre signifique posicionamientos explícitamente antirracistas.