Ponencia

Cultura y economía moral de pandilleros dedicados al narcotráfico en Ciudad Juárez, México

Parte del Simposio:

SP.74: Desigualdades, ilegalismos y violencias: ¿cómo pensar el estado en esta encrucijada?

Ponentes

Iban Trapaga

UAM-Iztapalapa

Uno de los objetivos secundarios de la investigación etnográfica desarrollada durante tres etapas entre 2007 y 2020 fue aprehender la dimensión cultural del fenómeno actual de inseguridad pública y violencia generalizada desde la perspectiva de sus actores. Esto es, considerando el sentido que dan a estas prácticas en el contexto de sus experiencias vitales aquellos transgresores legales que han hecho de la ilegalidad su modus vivendi, generando de este modo una serie estructurada de interpretaciones, justificaciones, intencionalidades, valores ¿contrahegemónicos? derivados de la tradición cultural circundantes, representaciones de sí e identidades sociales. Esta dimensión ha estado mayormente ausente de los análisis e intervenciones sociales dirigidas a la pacificación nacional, llámese cultura por la paz, seguridad humana o mano dura.
En congruencia con los objetivos, planteo una metodología etnográfica dirigida a la recolección y análisis de las narrativas de estos transgresores, representados por los pandilleros, unos de los subgrupos implicados dramáticamente en el aún vigente combate al narcotráfico y cuya presencia es notoria en el norte de México y el conjunto de Estados Unidos de América. La investigación etnográfica se prolongó por quince años de modo intermitente al desglosar este periodo en varios proyectos de investigación que, en todo caso, tuvieron a este fenómeno social bajo diversas perspectivas de análisis: organización social, subcultura, territorialización, actividades económicas de ilícitos y dinámicas de vinculación con el llamado crimen organizado. Este modelo de estudio subraya, además, los procesos de cambio intragrupal. Uno de los principales criterios del desarrollo histórico de las pandillas en la región de estudio fue y es la interacción con esas grandes estructuras delictivas conocidas familiarmente como cárteles de la droga.
Entre los principales hallazgos, destacaré el desentrañamiento de un discurso moral propio en torno a sí mismos y sus actividades ilícitas, la construcción de un sentido de colectividad trascendental y la constatación de diversos roles y grados de autonomía en relación a las estructuras regionales del mentado crimen organizado, así como un eje simbólico que estructura actualmente el marco cultural pandilleril: las sustancias narcóticas.