En octubre del año 2020 y tras intensas movilizaciones de grupos de diversa extracción social -agrupaciones y organizaciones de carácter familiar, cultural, productivo, cultural y social- el pueblo chango fue reconocido por el Estado de Chile mediante la Ley 19.253 o Ley Indígena (1994). Este hito reveló un camino muy sinuoso de rearticulaciones étnicas en torno a una identidad que parecía invisible, fragmentada y hasta ambigua en torno a lo indígena chango.
Este trabajo aborda las reelaboraciones étnicas que personas del pueblo chango de las comunidades indígenas de la localidad de Paposo (Antofagasta, Chile), vienen sosteniendo en base a las experiencias y las memorias de sus travesías por la llamada M. La M es una ruta muy conocida por las y los changos pues conectaba de manera directa y en no más de 3 jornadas, las costas paposinas con la pampa, donde funcionaron entre 1870 y, aproximadamente, hasta fines de la década de los años setenta, un conjunto de oficinas salitreras.
Las y los changos de Paposo se adentraron por la ruta de la M cargados con diversos productos como mariscos, pescados secos, cueros, quesos y carnes de ovejas y cabras para intercambiar y vender en las oficinas Santa Luisa y Alemania. Los relatos de las travesías por la ruta de la M se sitúan a fines de la década de los años treinta y se nutren de historias familiares que exponen las diversas posiciones de invisibilidad y, hasta despectivas tratos en las y los changos eran situados en los contextos del intercambio de productos marinos y agropecuarios en las salitreras.
Las experiencias y las memorias por esta ruta son interpretadas en la actualidad por las y los changos de las comunidades indígenas de Paposo como importantes referentes para reafirmar su actual identidad étnica, bajo la idea de que pese a la invisibilización que han experimentado, las prácticas y travesías por la M, reflejan una continuidad étnica con poblaciones o grupos que habitaron anteriormente las costas del norte de Chile.