Los discursos ampliamente difundidos por las Organizaciones Multilaterales otorgaron protagonismo a la educación en relación con su papel en la reducción de las desigualdades sociales y regionales, en la generación de conocimiento en un mundo de transformaciones rápidas, en la formación de trabajadores calificados que sostengan el desarrollo de los países y en la difusión de valores como la solidaridad, la cooperación internacional y la promoción de una cultura de paz. Estas iniciativas conciben la educación como un medio de inclusión social y fueron acompañadas de diversas medidas para garantizar el acceso de poblaciones que antes tenían restricciones debido a condiciones como raza, clase, lugar de nacimiento, entre otras. Sin embargo, en Brasil, la preocupación por la inclusión de jóvenes de la clase trabajadora en el sistema educativo fue acompañada por la incorporación de una visión gerencialista en la educación, imponiendo un régimen de evaluaciones, cumplimiento de metas y cambios en el sistema que alteraron significativamente el sistema educativo brasileño, introduciendo itinerarios formativos diferenciados que mantuvieron formaciones distintas para la clase trabajadora, preservando así la dualidad histórica de la educación brasileña. En cuanto a la educación superior, hubo diversas iniciativas durante el gobierno del Partido de los Trabajadores en Brasil (2003-2015). En ese momento, el gobierno fomentó el acceso a la educación a través del Programa Universidade para Todos (PROUNI) y del Programa de Financiamento Estudantil (FIES), ampliando el acceso de los jóvenes a instituciones privadas mediante asociaciones público-privadas. De manera más discreta, la expansión en el sistema público se llevó a cabo principalmente a través del Programa de Apoio a Planos de Reestruturação das Universidades Federais Brasileiras (REUNI), que contempló la expansión de la red de enseñanza superior federal y su interiorización. No obstante, la ampliación del acceso de la población a la Educación Superior mediante estas políticas buscó preparar mano de obra para las nuevas profesiones del mercado y brindar apoyo a las clases trabajadoras para su adaptación e inserción en los cambios en el proceso productivo. Al abordar este proceso de expansión, se percibe una confusión entre la masificación del acceso a la educación incentivada por estos programas y la efectiva garantía del derecho a la Educación, así como la democratización del sistema. La expansión universitaria estuvo acompañada por la aproximación de la gestión universitaria a una gestión empresarial basada en metas y resultados. En este sentido, el derecho a la educación preconizado por estas políticas debe entenderse a partir de la contradicción de estos avances que esta inclusión proporcionó a los jóvenes de la clase trabajadora, pero con los límites impuestos por las necesidades del actual estadio del capitalismo.