La Educación Sexual Integral es una política pública en sexualidad que se despliega primordialmente en el ámbito educativo y que, si bien se prefigura como una herramienta de transformación de gran potencialidad, presenta limitaciones que dan lugar a la producción de zonas grises y/o prácticas y discursos elaborados desde una matriz cisheterosexual con efectos materiales y simbólicos sobre las corporalidades que no responden a ella.
La ESI, asimismo, se configura como un dispositivo somatopolítico productor de narrativas que tienden a interrogar aquel curriculum escolar hegemónico tradicional que intenta estabilizar la ecuación cuerpo-sexo-género-eroticidad-deseo en términos normativos. Estos mecanismos de producción de subjetividad que se despliegan tentacularmente en las corpomaterialidades e institucionalizan curricularmente ciertos sentidos hegemónicos en torno a lo que implica “ser” en un mundo generizado, son discutidos por y desde el activismo sexo-género disidente.
Este trabajo se propone como un espacio de interrogación en torno a la construcción de los vínculos afectivos que tienen lugar en el proceso de etnografiar a un colectivo local de travestis y trans* de la ciudad de Rosario (SF) que se encuentra en la búsqueda de crear una educación sexual integral en clave sexo-género disidente. La investigación antropológica es conocida por el encuentro cuerpo a cuerpo y el entrelazamiento de las dimensiones personales y afectivas que se entretejen en la cotidianeidad que se sostiene en la estancia en el campo. Una estancia muchas veces conflictiva que no está exenta de resistencias, tensiones y desencuentros con los sujetos que hacen a la investigación.
Se parte de la premisa de que la producción de conocimiento antropológica siempre es política, afectada y afectante y que se encarna en las corpomaterialidades que portamos y que nos portan. La experiencia de investigación se presenta aquí se enmarca en un proyecto de investigación doctoral en curso de corte etnográfico y fenomenológico. En esta instancia se reflexiona tanto sobre el modo en que se registran y narran las experiencias de los colectivos como también en torno a las decisiones metodológicas y las vigilancias y horizontes epistémicos que orientan el trabajo.