Desde el descubrimiento del litio en el Salar de Atacama en la década de 1960, esta zona se ha convertido en el yacimiento más importante del planeta. Tras este hallazgo, la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) de Chile, fue la agencia estatal que inició las exploraciones, identificando y cuantificando no sólo litio, sino millones de toneladas de otras sales con alto potencial económico, como el potasio, el ácido bórico y el magnesio. En base a ello, la zona rápidamente cautivó intereses estadounidenses, específicamente de la minera Foote Mineral Company, la que se asoció con la CORFO para conformar la Sociedad Chilena del Litio (SCL) en 1980. Después, en 1984, se dio curso a la primera extracción de litio vía salmueras en Sudamérica, la cual fue privatizada totalmente para el año 1989, al final de la dictadura militar chilena.
Desde la década de los años 2010, la minería del litio experimentó el auge económico más importante de su historia. Con el desarrollo y el aumento global en el uso de las baterías de litio y la actual crisis ecológica del calentamiento global, este mineral se volvió clave para enfrentar un urgente proceso de descarbonización. Pese a plantearse como un mineral ecológico, su actual proceso de extracción y producción, consume grandes volúmenes de agua en el desierto, territorio que ha sido históricamente habitado por el pueblo atacameño, el cual ha desarrollado su modo de vida en torno a escasas fuentes hídricas.
Este escenario ha exigido el desarrollo de nuevas estrategias empresariales para la extracción del litio y a la larga ha dado forma a un nuevo campo en las relaciones entre las comunidades atacameñas y la minería desarrollada en la cuenca del Salar de Atacama. Particularmente, surgieron tratos y posibilidades tendientes a incorporar las observaciones, los reclamos y las demandas que históricamente mantenía el pueblo atacameño, sus comunidades y organizaciones frente a la minería del litio y la nula responsabilidad y vinculación que estas empresas habían sostenido en el territorio. Con posterioridad a estos acuerdos, en 2017 se desplegó una política de creación de valores compartidos, cuyo principal efecto ha sido la transferencia directa de las ventas de una minera a las comunidades indígenas.
Este trabajo tiene por objetivo exponer los contextos en que la minería del litio se inserta en Chile y su vinculación con un conjunto de negociaciones que se han nutrido y han afectado el sistema de relaciones interétnicas entre las comunidades indígenas atacameñas, las mineras y la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), agencia estatal administradora de estas pertenencias minerales. Nos centramos en exponer los actuales espacios de negociación, las estrategias, las contradicciones y las desigualdades socioambientales que la extracción del litio viene generando en este territorio indígena. Utilizamos una metodología cualitativa basada en trabajo etnográfico y revisión de fuentes documentales.