La presente ponencia pretende reflexionar sobre las técnicas y metodologías de investigación utilizadas durante el trabajo de campo. El objetivo es presentar dos experiencias etnográficas basadas en métodos vinculados a la cartografía social. Particularmente, se expone el caso de los “mapas parlantes” generados con la comunidad afrochilena y la creación de “mapas corporales” con mujeres migrantes en el norte de Chile. La inmersión en el trabajo etnográfico está repleta de cuestionamientos y dudas, entre ellas preguntas sobre los métodos más apropiados para responder a nuestras preguntas de investigación. Las elecciones sobre los marcos teóricos van de la mano con las metodologías a utilizar, y por tanto nuestro trabajo de campo es una constante reflexión sobre el quehacer etnográfico. Sumado a lo anterior, la “reflexividad” es un ingrediente que se instala en las maneras de hacer etnografías, la cual cuestiona la posición del o la investigadora frente al grupo o comunidad estudiada, e introduce una perspectiva dialógica que desdibuja los límites entre “investigadores” e “investigados”. Su puesta en marcha implica reconocer la complejidad del trabajo de campo, y da pie a una reflexión sobre los sentimientos, emociones, dificultades y obstáculos que se presentan en los procesos investigativos, cuyo análisis aporta a la amplitud de las miradas sobre lo estudiado. La reflexividad metodológica es, por tanto, un ejercicio intelectual por parte de los y las etnógrafas, que involucra manifestar las decisiones que orientaron el proceso investigativo, la elección de sus técnicas, y, por ende, las prácticas en el trabajo de campo. En este marco, las metodologías que se proponen, basadas en la cartografía social, representan una herramienta metodológica reflexiva que, más allá de “obtener” datos etnográficos, aporta a generar diálogos colectivos entre comunidades y etnográfas/os. A través de estos ejemplos, se busca poder debatir sobre metodologías más creativas, dialógicas y colaborativas en las investigaciones.