La recolección forma parte de los métodos más ancestrales de la humanidad para la obtención de recursos alimentarios. Los hongos, en dicho sentido, cuentan con registros fósiles de más de 8.000 años, así como con registros de arte rupestre neolítico que dan cuenta de los vínculos humano-hongos desde hace varios milenios. Alrededor del mundo se han desarrollado una importante cantidad de estudios de caso sobre los usos tradicionales de hongos silvestres, desde los estudios botánicos de fin de siglo XIX, hasta la década de 1940 cuando comenzó a tomar forma la etnomicología. Estas relaciones han sido indagadas encontrando una infinidad de usos y vínculos. En Latinoamérica existen dos focos importantes de estudios: México y los grupos mesoamericanos; y Brasil, con Oswaldo Fidalgo en la década de 1970 y sus trabajos sobre los Yanomami. En las últimas décadas la antropología se ha volcado con más interés a estas temáticas, generando una importante cantidad de antecedentes que la posicionan como clave para pensar nuestras prácticas en la naturaleza. Entre estos casos el más destacado y renombrado es el del hongo Tricholoma Matsutake de Anna Tsing, a quién además, se ha sumado toda una red global de estudios.
En el sudeste del Uruguay se pueden encontrar puestos de venta de hongos comestibles desde hace más de tres décadas. Durante el otoño a los bordes de la Ruta Interbalnearia es posible adquirir dos especies de hongos típicas de la región a un precio accesible: el hongo de pino (Lactarius deliciosus) y el hongo de eucalyptus (Gymnopilus junonius). Estos hongos son recolectados por familias de trabajadores zafrales que aprovechan esta época del año para recorrer campo adentro con sus latas para ganarse la olla. A través de este estudio etnográfico en el marco de mi investigación de Maestría propongo exponer algunos aspectos sobre el conocimiento transmitido para la reproducción de estas prácticas. El aprendizaje de este conocimiento se da entre familiares y vecinos de los balnearios de la región quiénes enseñan unos a otros las formas de identificación y recolección. En esta ponencia se exponen algunos aspectos sobre las técnicas y habilidades desarrolladas para reproducir estos saberes. Se analizan las formas de vincularse con el territorio, con la naturaleza del entorno y las formas de habitar los montes. A partir de las entrevistas etnográficas y la observación participante desarrollada se traerán algunos puntos claves expresados por los interlocutores para comprender estos saberes.
Se propone además pensar las formas de construir los paisajes en tanto espacios de prácticas ecológicas a partir de las temporalidades y territorialidades producidas por dichas prácticas.