Se compartirá una experiencia en antropología aplicada realizada recientemente en el sur de Chile que buscó encarar la necesidad de contar con peritajes psicológicos pertinentes y adecuados para la defensa penal de imputados y condenados del pueblo mapuche. Se reconstruirá el contexto socio-institucional en el que se originó y expuso la propuesta, se conformó el equipo de trabajo, se definió el plan de trabajo y se llevó a cabo el proceso de investigación aplicada. Asimismo, se mostrarán los resultados alcanzados y los desafíos que dejó el trabajo desplegado durante dos años, considerando las dinámicas de trabajo en equipo a nivel interdisciplinario (antropología, psicología, derecho), interinstitucional (academia, Defensoría Penal Pública de Chile) e intercultural (profesionales chilenos, educador y sabios mapuche). En cuanto al plan de trabajo, se explicitarán los objetivos propuestos y las bases epistemológicas y ético-políticas a partir de las cuales estos fueron alcanzados, subrayando el uso del enfoque de “antropología aplicada interactiva” elaborado y desarrollado a nivel local (Durán et al., 2014; Durán, 2009) y las metodologías implementadas en el curso del proceso, de acuerdo con los actores que participaron en él. Entre los resultados alcanzados, destacaremos dos: 1) la Guía para la evaluación pericial psicológica de imputados y condenados mapuche y, 2) el Diplomado en psicología forense en contextos interculturales. Ambos resultados son expresiones concretas de una praxis antropológica comprometida con la generación de bienes públicos situados, a partir de los cuales se abren nuevos desafíos conceptuales y ético-políticos. Por un lado, avanzar hacia la comprensión y el reconocimiento de la singularidad sociocultural de los mapuche involucrados en conflictos penales. Y, por otro lado, provocar transformaciones cognoscitivas y relacionales en las prácticas de evaluación pericial psicológica y, en último término, en los procesos de defensa penal y decisión judicial estatal. Esperamos mostrar el potencial crítico, transformador y propositivo de las/los practicantes de la antropología en la medida en que intencionamos nuestra energía disciplinaria y axiológica para ponerla al servicio de los entornos interpeladores en los que participamos, informando y organizando prácticas y formas de relación ancladas al conocimiento y la experiencia situada.