Desde sus inicios la antropología se ha interesado por la producción de las casas y su vinculación con la reproducción de la vida común. Estás investigaciones han discutido las fronteras entre los procesos de producción y reproducción social, lo público y lo privado, lo femenino y lo masculino, lo material y lo simbólico, lo tradicional y lo moderno.
Esta última oposición cobra especial relevancia para mi investigación porque la construcción con tierra enfocada a la producción de viviendas o espacios comunitarios suele vincularse con saberes ancestrales “idealizados”. En este sentido de acuerdo con diversas entrevistas y registros de campo realizados en el 2023 propongo que con frecuencia las primeras experiencias de contacto con la tierra como material constructivo sucedieron en “mingas”. Este concepto de larga trayectoria para los estudios antropológicos de las comunidades andinas es utilizado en este caso como categoría nativa para referirse a jornadas de trabajo comunitarias en la construcción de edificaciones (ya sea una casa particular o un espacio común como, por ejemplo, el edificio de una escuela).
Con el objetivo de documentar la tradición local de conocimiento vinculada a la construcción con tierra en Chascomús durante el período 2013-2023, en esta ponencia me interesa reconstruir algunas de las habilidades sociotécnicas necesarias para realizar una minga y los aprendizajes situados que allí suceden entre personas expertas y novatas. Como hipótesis sostengo que la construcción de edificaciones a través de mingas posibilitó en Chascomús avanzar velozmente en algunos procesos constructivos a la vez que dificultó la realización de otros. Además, la frecuencia y los estilos con que se desarrollaron estas jornadas tuvieron un período de auge conformando una comunidad de práctica que actualmente parece fragmentada.
En un presente de extrema desigualdad social y considerando que la industria de la construcción es la responsable del 38% de las emisiones de carbono a la atmosfera y del consumo del 35% de la energía a nivel mundial resulta urgente reducir la huella de carbono de los materiales de construcción (teniendo en cuenta todo su ciclo de vida) y aumentar la inversión en eficiencia energética. En este sentido muchas personas encontraron en la bioconstrucción y en las mingas una solución para garantizar el acceso y la producción de sus viviendas. Sin embargo, lejos de idealizar este proceso me interesa reconstruir como el aprender a hacer con otros muchas veces implica la conformación de comunidades de práctica heterogéneas, contradictorias e inherentemente conflictivas donde se desarrollan habilidades sociotécnicas a través de diversas intensidades y resonancias.