En las últimas décadas, el campo de la Antropología de las Emociones presentó un conjunto de nuevos cuestionamientos dirigidos a la comprensión del lugar de los sentimientos, las sensibilidades y las emociones en la llamada “vida pública”, con el surgimiento de temas tales como los movimientos sociales, el militarismo, la violencia urbana, los ámbitos laborales y las transformaciones de regímenes políticos.
Esta Mesa Redonda aquí propuesta se inscribe en dos movimientos concatenados. En primer lugar, y en continuidad con discusiones realizadas en encuentros académicos previos, se propone avanzar en el debate amplio sobre la emoción en tanto herramienta de análisis en campos de estudio que pertenecen, a priori, a la esfera de lo público. Se pretende entonces cimentar este abordaje a partir de trabajos que hacen especial hincapié en ámbitos laborales y políticos -grupos, instituciones, organizaciones, agencias del estado, burocracias.
En segundo lugar, y como modo de recortar y enfocar esta trayectoria temática ampliada, esta Mesa Redonda se propone interrogar el trabajo puntual de las emociones en fenómenos que se imbrican en el cruce entre la(s) violencia(s) y lo político, para analizar la potencialidad de lo emotivo en la administración de identidades, memorias, significados, sensibilidades y relaciones que son tanto políticas como institucionales, en el contexto de diversos grupos y campos de estudio. Esta propuesta se asienta así en el convencimiento de que las emociones resultan -antes que la sola expresión de estados interiores- la expresión de interacciones que también son de poder.
Esta Mesa Redonda busca así interrogar esa dimensión micro-política. Es decir, esa capacidad de lo emotivo para construir y dramatizar la experimentación de las violencias en el juego de la interacción institucional y política. Inscripta en el marco del Grupo de Trabajo de la ALA “Antropología de las Emociones”, esta Mesa es el resultado del diálogo temático pero también epistemológico establecido entre sus participantes y el resultado de más de diez años de trabajo conjunto de sus coordinadoras, a lo largo de los cuales se han ido explorado los límites y posibilidades de constitución de las emociones como objeto de la investigación antropológica. Con ella se espera continuar enriqueciendo -y profundizando- la discusión académica sobre lo emocional, tanto en su base empírica como metodológica.