La organización del ciclo vital en etapas discretas y sucesivas designó lo que cada edad debe ser y hacer, lo prohibido y lo permitido, lo esperable y lo deseable en cada nuevo cumpleaños. Este régimen de control de los cuerpos, que se recrudece en los discursos neoliberales, se funda en la crononormatividad, referida a la naturalización de ciertos esquemas de ritmos del hacer, y en el mandato de un desarrollo heterolineal que garantice un futuro reproductivista de hijxs que crecerán para ir de la casa al mercado y luego envejecerán sin molestar. En este mismo régimen -de acumulación por destrucción de lx otrx y de los recursos- se fundan el adultocentrismo, el viejismo y el edadismo, como sistemas de opresión por edades.
En este contexto, la adultez es el único período vital legitimado como sexualmente activo, mientras los dispositivos de disciplinamiento vigilan y castigan a niñxs y viejxs obturando sus experiencias, generando dolor y daño. Los trabajos de este simposio, estudian dichos procesos, desde los castigos por masturbarse, los discursos del pánico sexual entramado en las marcas de la moral heterosexual y el asco y el estupor que rodea al sexo y al deseo en la vejez. Del mismo modo, problematizan las imágenes temporales de precocidad, inmadurez, midorexia y disforia de edad, que participan del entramado regulador de nuestros deseos a lo largo de toda la vida.
En esta mesa, nos proponemos abordar la sexualidad como una dimensión constitutiva de lo humano, a lo largo de todo el ciclo vital y con sus particularidades para cada edad, desde la materialidad de los cuerpos y las figuraciones etarias. En tiempos de avance de las morales neoliberales que ponen nuevamente en jaque las libertades sexuales y los derechos adquiridos como el aborto, la Ley de Identidad de Género, la Ley de Protección Integral de la Infancia y la Ley de Educación Sexual Integral, debatir sobre sexualidad y edades es urgente y político porque esos avances generan violencia, desigualdades y reinstauran privilegios.
Desde un feminismo prosexo, apostamos por nombrar la existencia de la erótica en la niñez y vejez para darle lugar a aquello que crece a la sombra del canon, desde un espíritu profundamente antropológico que se inclina hacia la interdisciplinariedad. Así, los trabajos entablan diálogos entre infancias y vejeces para construir una lengua que pueda hablar sobre aquello que aún no se nombra y discutir las morales sexuales de la época, en tanto ejercicio conceptual que apunta contra el sentido común reaccionario y conservador.
En contextos aciagos, desde esta mesa asumimos el compromiso de destacar la relevancia de la sexualidad como régimen político y política económica del capitalismo, por lo que es indispensable otorgarle un espacio preponderante en el debate académico.