Tupa Roka es un joven rapero que reside en Fortín Mbororé, una comunidad mbya guaraní situada en Puerto Iguazú (Misiones, Argentina). Entre fronteras, los mbya resisten allí al despojo y al avance del mundo “blanco” de los jurua. Lleno de cuestionamientos sobre su pasado y de ansiedades sobre su futuro, Tupa Roka emprende un viaje reflexivo junto a su abuelo Adriano Benítez, un opygua que tiene la sabiduría para conocer y practicar el ñande reko, es decir, la forma de ser y de estar en el mundo de la vida mbya. Para transmitir su mensaje de resistencia, Tupa Roka elige el hip hop. Por esta razón, fundó junto a Vera Mirí y unos músicos jurua una banda intercultural llamada Hae Kuera Ñande Kuera (nos-otros). En contraste con los discursos de la “pérdida de la cultura” que priman en la región, el anciano aprueba el proyecto y explica que el trabajo colectivo e intercultural puede aportar al fortalecimiento del ñande reko.